Préstamos: tipos y formas de contratar


¿Qué es un préstamo?

Un préstamo se define como una operación financiera en la cual una entidad o persona (en este caso, prestamista) otorga una cantidad de dinero a otra persona (prestatario) a cambio de la devolución íntegra de este más unos intereses (esto es lo que se conoce como el precio del préstamo). Normalmente, la devolución del préstamo se lleva a cabo mediante cuotas previamente establecidas.

En algunos momentos, los consumidores necesitan contratar financiación para hacer frente a gastos inesperados o demasiado elevados.

Hoy en día son muchas las opciones que se ofrecen para ello: los préstamos que ofrecen las entidades bancarias, los pagos aplazados de la tarjeta de crédito, la reunificación de deudas, los préstamos rápidos, etc. Sin embargo, es conveniente leer bien toda la letra pequeña y saber qué se contrata y con quién antes de entrar en cualquier situación de endeudamiento.

Los prestamos rápidos online son aquellos productos que nos permiten financiar nuestras compras o adquisiciones. Ya sea la compra de un coche o de unos zapatos más caros de lo habitual, un préstamo pueden ayudarnos con ello.

Cuando pensamos en obtener un préstamo, probablemente lo primero que nos venga a la cabeza es nuestro banco de confianza. Los préstamos bancarios son los más habitualmente conocidos, sin embargo no son la única opción para obtener dinero. Y es que existen varias entidades que pueden otorgarnos préstamos y créditos distintos, entre ellas:

  • Bancos
  • Cajas de ahorro
  • Prestamistas online
  • Cooperativas de ahorro y crédito
  • Empresas de tarjetas de crédito
  • Plataformas que gestionan préstamos entre particulares

Diferencias entre préstamo y crédito

El consumidor debe conocer las diferencias entre los distintos tipos de financiación. En primer lugar, hay que diferenciar entre el concepto de préstamo y el de crédito:

  • Préstamo: implica una operación donde el prestamista entrega un capital al prestatario, quien tendrá que devolverlo, junto con los interesese generados, en uno o varios pagos escalonados en el tiempo.
  • Crédito: se pone un capital a disposición del cliente y este va disponiendo de él en función  de sus necesidades financieras. En este caso, solo tendrá que pagar intereses sobre la cantidad dispuesta y una pequeña comisión sobre el saldo disponible pero no dispuesto.

Tipos de préstamos

Al igual que no solo existe un solo tipo de entidad que puede ofrecernos dinero, el tipo de préstamo que podemos obtener no es siempre el mismo. A continuación detallamos los tipos de préstamos que existen.

Existen dos tipos de préstamos:

  • Tarjeta de crédito. Es un medio de pago o una línea de crédito que se paga con intereses. Permite pagar el monto total, montos mínimos o cuotas mensuales. Con ella se pueden realizar pagos en establecimientos y hacer avances en efectivo.
  • A plazos. Es dinero que se paga en cuotas regulares con intereses. Los pagos serán iguales durante todo el plazo.

Dentro de los préstamos a plazos se encuentran varios tipos de préstamos que sirven para cubrir diferentes necesidades.

Los principales préstamos a plazos son:

Son préstamos de cantidades bajas que se utilizan para necesidades específicas en un momento determinado. Sirven para el financiamiento de bienes intangibles o perecederos como por ejemplo viaje, boda.

El personal es el que solicita el consumidor a una entidad bancaria sin necesidad de justificar el destino de ese dinero y comprometiéndose a devolver la cantidad solicitada más los intereses en pagos periódicos. El usuario responde del cumplimiento de ese contrato con sus propios bienes.

Se trata de una de las opciones más conocidas en el ámbito de los préstamos. Se define como un contrato por el que la entidad financiera otorga una cantidad de dinero al cliente o prestatario, el cual normalmente irá destinado a financiar las necesidades específicas del cliente en un momento determinado. Este tipo de préstamo se caracteriza por no ser de muy elevada cantidad, sino más bien reducida.

Son préstamos de cantidades no muy altas que se utilizan para el financiamiento de bienes duraderos como por ejemplo auto, moto, muebles, electrodomésticos.

Los préstamos al consumo suelen utilizarse para financiar bienes de consumo duraderos tales como: un vehículo (coche, moto…), una reforma, electrodomésticos nuevos… y no suelen ser de una cantidad excesivamente elevada.

Los denominados créditos al consumo tienen una regulación específica (Ley 16/2011) y se contratan para cualquier compra o servicio. En algunos casos, el préstamo está vinculado a esa adquisición o contratación y se firma a través del empresario que ofrece el bien o servicio (por ejemplo, la financiación de un curso en una academia, o los que ofrecen las clínicas dentales para financiar los tratamientos).

Se contrata para obtener pequeñas y rápidas cantidades de dinero. No es necesario demostrar demasiada solvencia económica.

Los intereses rondan el 20%. Por ejemplo, si se contrata un crédito de 6.000 euros al 22%, el importe total a devolver sería de 7.320 euros, 1.320 euros más de lo prestado. Estos elevados tipos de interés se justifican por el mayor riesgo y la gran flexibilidad que ofrecen las entidades para estas operaciones.

Además, estos préstamos suelen estar exentos de comisión de apertura o estudio, algo que es habitual en el resto de créditos. Por contra, la entidad frecuentemente obliga a suscribir un seguro para cubrir un posible impago del crédito en determinados casos, como el fallecimiento del titular.

Como su nombre indica, este tipo de préstamo está destinado a pagar una hipoteca de un bien inmueble. Así, los préstamos hipotecarios se diferencian de los préstamos personales porque existe una “garantía real”, este bien inmueble, que pasará a ser propiedad de la entidad financiera que otorgue el préstamo en caso de no ser pagado.

Son préstamos de altas cantidades que sirven para el financiamiento de necesidades relacionadas con bienes inmuebles: compra, construcción, remodelación, ampliación, mejora.

Estos bienes pueden ser viviendas, terrenos, oficinas, locales comerciales o consultorios.

En el préstamo hipotecario se ofrece como garantía el bien inmueble. En caso de no devolver el dinero, la entidad financiera pasa a ser su propietaria.

Son préstamos para el financiamiento de asuntos relacionados con los estudios. La cantidad de dinero prestado depende del plan de estudios. Sirve para: matrículas y pensiones universitarias, estudios de postgrado, estancias de estudio en el extranjero.

Este tipo de préstamos están dirigidos a financiar matrículas de estudios, especialmente de universidad (como por ejemplo una carrera o un máster). Los costes suelen ser algo más asequibles que los de los préstamos personales, y son cada vez más utilizados en países como España.

Son préstamos en los que se debe establecer una prenda como garantía, es decir, un bien tangible como joyas, vehículo, casa, etc. La entidad financiera avalúa el valor de la prenda y según eso define la cantidad que puede dar en préstamo.

Los ofrecen normalmente empresas privadas de intermediación financiera (aunque también pueden contratarse directamente con el banco), que negocian con las entidades bancarias un interés lo más ajustado posible.

Es imprescindible tener un inmueble, hipotecado o no, ya que se trata de rehipotecarlo o hipotecarlo, y con el dinero conseguido liquidar los otros préstamos. Así, la deuda total a pagar queda incluida dentro de un crédito hipotecario, y la cuota mensual es menor que la suma de todas las cuotas que se pagaban.

Sin embargo, al incluir en la nueva hipoteca todos los gastos y comisiones generados por la operación y al alargarse, además, el plazo de pago, finalmente el consumidor paga mucho más dinero.


Los tipos de préstamos que más pedimos en España

La hipoteca ha sido siempre el crédito estrella entre los españoles. De hecho, según cifras del Banco de España, de cada 100 euros de deuda, los españoles dedican 74 euros a pagar la vivienda. Sin embargo, pese al gran peso que suponen las hipotecas, los préstamos han recuperado terreno.

El préstamo más deseado

La principal conclusión que podemos sacar es que los préstamos reforma son los que más interés despiertan. Un 63% de los encuestados pediría un crédito para esa finalidad. Pero no solo para hacer cambios en casa es cuando los españoles piensan en la vía de la financiación. Un 55%, más de la mitad de los encuestados, consideran pedir un crédito para afrontar próximos gastos.

Y puestos a elegir, ya sea a través de créditos o mediante los ahorros que tengamos, queda claro que a los españoles nos gusta viajar. El 71% de los encuestados tiene previsto invertir tiempo y dinero es escaparse.

Los principales préstamos ofrecidos hoy en día

Sean del tipo que sean, afrontar grandes gastos no es fácil. Se puede hacer a través de los ahorros, pero otras veces hay que acudir a la financiación. Por eso, las entidades financieras ofrecen préstamos personales distintos según su finalidad:

  • Préstamo reforma: una opción para financiar los cambios que queramos hacer en nuestra casa. Este tipo de créditos puede estar anunciado como tal, aunque las condiciones que se le dan no son más ventajosas como pasa en el caso de préstamos con otras finalidades.
  • Préstamo coche: pueden servir para financiar la compra de vehículos tanto nuevos como usados. En este caso, hay distintas opciones a valorar, ya que, además de los bancos y las entidades de crédito, los propios concesionarios también ofrecen financiación.
  • Préstamo estudios: ya sea para viajar al extranjero o estudiar en España, estudiar puede ser caro y este tipo de préstamos suelen facilitar el acceso a estudios superiores. Este tipo de préstamos son los más baratos en cuanto a intereses. Además, pueden tener períodos de carencia, por lo que podemos estar un tiempo sin pagar una parte o la totalidad del crédito.

Estos tres son los más típicos y los que más se anuncian por parte de bancos y entidades de crédito, pero hay más: viajes, celebraciones como bodas o comuniones, compras de electrodomésticos, operaciones dentales…

Las finalidades de los préstamos cada vez son más específicas para responder a las distintas necesidades que hay. Al mismo tiempo, especificar una finalidad supone una ayuda a los usuarios.

Muchas veces ignoramos que un préstamo con las condiciones adecuadas puede ser una solución a nuestros quebraderos de cabeza porque tienen unas condiciones que se adaptan perfectamente a nuestras necesidades.


Financiación rápida y reunificación de préstamos

Estas dos opciones se han hecho muy populares entre los consumidores últimamente, ya que son publicitados constantemente por los medios, con ofertas que pueden resultar muy atractivas. Pero es necesario conocer algunas de las características de estos servicios cuando lo ofrecen empresas no bancarias y revisar con atención todas las condiciones antes de contratarlos:

  • Suelen ofrecerlos empresas intermediarias, por lo que son más fáciles de conseguir que si se recurre directamente al banco. Las entidades bancarias exigen más documentación y si el consumidor tiene varias deudas, el banco no le concederá el préstamo.
  • Estas empresas no son bancos ni financieras, por lo que no están sujetas al control del Banco de España. Este sólo puede vigilar que no se hagan pasar por entidades bancarias ni induzcan a que se les confunda con ellas.
  • Se pueden obtener aun estando en los registros de morosos del RAI o ASNEF.
  • Se consigue el dinero más rápido que a través del banco. Hay que tener en cuenta que el plazo que se ofrece para recibir el crédito siempre empieza a contar desde el momento en que se aprueba la solicitud.
  • Se puede hacer toda la gestión por teléfono o internet.
  • Con la reunificación, se tiene un solo contrato de financiación y una sola letra mensual a un tipo de interés hipotecario.  En ese contrato hay que incluir, además del valor de la vivienda, el gasto de cancelación de todos los créditos o préstamos abiertos, el de apertura de la nueva hipoteca, el de anulación de la deuda que se pueda tener en el RAI o el ASNEF, las cancelaciones registrales, notaría, comisiones y gastos de gestión. Si un día no se pudieran pagar las letras, la vivienda sería embargada.

Datos que hay que tener en cuenta antes de contratar un préstamo

Antes de contratar cualquier financiación, es importante:

  • Fijarse en lo que ofrece la publicidad y asegurarse que se ajuste a las condiciones reales.
  • Tener toda la información sobre el crédito que se va a pedir, leer bien la letra pequeña, informarse de todas las condiciones del préstamo y preguntar todas las dudas que surjan.
  • Fijarse siempre en los siguientes datos: el tipo de interés nominal y el TAE anuales, no mensuales, tanto del primer año como de los siguientes; los años de plazo para devolver el préstamo (cuantos más años, más intereses se pagan y la cantidad de dinero total a devolver es mayor); las comisiones de apertura y cancelación, tanto parcial como total; los intereses en caso de no pagar alguna cuota; los gastos de gestión de la empresa intermediaria; y los gastos de notaría y registro.
  • Saber que se puede contratar un seguro de protección de pagos, que es una garantía por si no se puede pagar alguna letra. A veces, tanto las entidades bancarias como las empresas intermediarias obligan a ello, pero si el cliente no desea ajustarse a esa condición, puede escoger otras ofertas.
  • Conocer otras opciones para obtener dinero por adelantado, además de la apertura de un crédito bancario, por ejemplo los pagos aplazados de la tarjeta de crédito, el descubierto en la cuenta bancaria… Es interesante calcular cuál de todas ellas supone una carga mayor de intereses.
  • Saber que se puede vincular el plazo del crédito con la duración del producto o servicio para el que se solicita.
  • Calcular cuánto dinero se va a tener que devolver al banco al pedir un préstamo: sumar todos los pagos que hay que hacer mientras dure el crédito, las comisiones que el banco exige, etc.
  • El Banco de España recomienda que las deudas de una familia no superen el 33% de los ingresos que obtiene.

Reclamaciones

Si se encuentra con algún problema relacionado con la contratación de su préstamo, puede poner una reclamación.

En el caso de que se haya contratado a través de una entidad bancaria, debe dirigirse en primer lugar al Servicio de Atención al Usuario de la entidad y, si no le responden en el plazo de un mes, o la respuesta no le satisface, al Servicio de Reclamaciones del Banco de España. Si el problema es con una empresa financiera de créditos rápidos o reunificación de deudas, diríjase a la Dirección General de Comercio y Consumo o envíe su reclamación a través del Portal del Consumidor.


 

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